Radiografía del Servicio Penitenciario: el 21% de los internos condenados tuvo reducción de pena

Los datos del Sistema Nacional de Estadísticas sobre Ejecución de la Pena (Sneep) de 2023, que fueron difundidos días atrás, permiten conocer varios puntos sobre las cárceles en Argentina. Entre ellos, la conducta de los internos, los programas a los que accedieron, los trabajos que realizan en prisión, si recibieron beneficios y si habían cometido otros delitos.

En este punto, en San Luis al cierre del año pasado había 702 personas privadas de la libertad. De ese total, 544 estaban condenados, mientras que los restantes, procesados.

Según el documento del ministerio de Seguridad de la Nación, de quienes habían recibido una pena, 94 eran reiterantes y 62 reincidentes. Al mismo tiempo, 387 habían cometido un ilícito por primera vez.

En este punto, el juez de Juicio en San Luis, José Luis Flores explicó la diferencia entre ambas figuras. “La reincidencia es una condición procesal que tiene una persona que ha sido condenada por un hecho delictivo y vuelve a serlo por un hecho posterior”, precisó.

Este estado debe ser declarado en una segunda sentencia “cuando los jueces conocen de dicha circunstancia”.

Por su parte, la reiterancia “es una condición de carácter procesal no penal” que “tiene como presupuesto ya no la declaración de responsabilidad penal de una persona en una sentencia, sino el mero hecho de que hayan tramitado contra la misma una serie de causas”.

“Los dos conceptos no responden al mismo criterio, no tienen la misma categoría jurídica y sirven para cosas diferentes. La reincidencia afecta la condición del primer condenado en una segunda condena con efectos jurídicos establecidos. La reiterancia es un concepto de orden procesal que en este caso se pone a disposición del juez para evaluar la posibilidad de editar una medida cautelar que no puede ser interpretada como un anticipo de condena”, aclaró.

El reporte nacional también da cuenta sobre las salidas transitorias, esto es, la posibilidad de egresar del Servicio Penitenciario bajo ciertas condiciones y por determinado tiempo. En este punto, solamente 63 reclusos gozan de este beneficio. A uno le fue suspendida durante el último año. Y a 467 no le fueron otorgadas.

En la misma línea, hay 15 internos que accedieron al régimen de semilibertad. Consiste en salir de prisión para trabajar sin supervisión continúa. Debe retornar luego de cada jornada,

A su vez, 11 están incorporados al programa de prelibertad.

Otro de los puntos es la reducción de pena. Del total de condenados, el 21% tuvo una disminución. 47 de ellos de hasta seis meses, 28 de hasta un año, mientras que 42 obtuvo el beneficio superior a un año.

El relevamiento también determinó que del total de la población carcelaria (702) el 63% tiene trabajo remunerado dentro de prisión. Tres de ellos lo hacen por hasta 20 horas semanales, 28 hasta 30 horas y los restantes 414 tienen labores hasta 40 horas por semana.

Hay 256 internos que no cuentan con empleo pago dentro del Servicio Penitenciario.

En concordancia, 360 participaron de algún programa de capacitación laboral y 454 de alguno vinculado a la educación.

Por otro lado, en relación a la conducta 401 participaron de alteraciones del orden. Uno de ellos fue con heridos o muertos y otro con daños.

Sobre infracciones disciplinarias en la que incurrieron, 290 fueron faltas graves, 17 medias y una leve.

En el caso de las sanciones, la mayoría (277) recibió la permanencia en su celda por hasta 15 días ininterrumpidos. Uno tuvo el traslado a otro establecimiento de régimen más severo, otro la exclusión de actividades recreativas o deportivas y siete la permanencia en su celda por hasta siete días.

En paralelo, 129 internos tienen una conducta calificada como ejemplar, 77 como muy buena, 90 como buena, 53 como regular, 12 como mala y cuatro como pésima. Hay 330 sin calificación.

Finalmente, tres tuvieron tentativa de evasión y siete intentos de fuga.